15 de setembro de 2010

ENAPOL



La salud para todos no sin la locura de cada uno
(a la luz del psicoanálisis)

[La experiencia analítica] "introduce el lazo social específico que se teje en torno al analista como deshecho, representante de aquello que, del goce, resta insocializable" (J.-A. Miller, "La salvación por los deshechos")

El Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana reunirá, por quinta vez, la primera en Río de Janeiro, a la comunidad del Campo Freudiano en América los días 11 y 12 de junio de 2011.

El punto de partida es la expresión “salud para todos”. Para el psicoanalista, que vive en el uno por uno, el slogan parece peligroso. ¿Cómo no sostener, no obstante, esta generalización en nuestras tierras, donde la salud de todos es siempre la de poquísimos? Sin embargo, en la escasez contemporánea de ideales colectivos para definir lo que entendemos por “buena forma” o “bien-estar”, la promoción de la salud tiende a confundirse con la exigencia imperante de satisfacción: el máximo de salud y placer para todos y por todos los medios de los que se disponga.

Frente al sin límites de esa exigencia, el remedio ha sido amargo. Del porcentaje de posesión del balón en un partido de fútbol, a la cantidad de suicidios en un mismo barrio; del número de baños por vivienda a las entradas vendidas en un éxito de taquilla, la cuantificación de la vida pasa a guiar nuestras opiniones y elecciones con su enjambre de índices, y a vender –como ideal- una gestión economicista de la existencia.

El “no sin” de nuestro título invita a recorrer otro camino. Esta expresión obstaculiza la simple oposición entre sus términos. La locura no será definida, como habitualmente, como lo contrario de la salud mental o de la razón, sino que se agrega a ellas como condición imprescindible.

¿Qué locura? Estrictamente, la “de cada uno”, aquella que materializa, en las “chifladuras” (maluquices) más variadas, nuestra porción más singular. Ella desentona en el conjunto de recuerdos y comportamientos que constituyen nuestra identidad, siempre con un pie en lo universal. Sostiene la excentricidad de un goce mil veces desconsiderado por no entrar en lo que se es. Por eso es tan difícil darle voz. La locura de cada uno solo se presenta como resto, que casi nunca se contabiliza pero sin embargo no nos deja jamás; a fin de cuentas, solo somos lo que somos “no sin” ella.

Para abordarlo, seguiremos las indicaciones de Jacques-Alain Miller en la apertura del último PIPOL. Partiremos del papel, en la invención freudiana, “de los deshechos de la vida psíquica, deshechos de lo mental, que son el sueño, el lapsus, el acto fallido y más allá el síntoma”. Tomarlos en serio es el camino del trabajo analizante, siempre alrededor de lo que de nuestro goce se mantiene “insocializable”, y que exactamente por eso constituye el fundamento de nuestra presencia en el mundo.

El título se concluye con un subtítulo “a la luz del psicoanálisis” (“perspectivas da psicanálise” en su versión portuguesa). Éste propicia que podamos sumergirnos en estas coordenadas en las innumerables situaciones de la ciudad donde lidian aquellos que se orientan por la enseñanza de Jacques Lacan. Tal vez sea el momento de preguntarnos sobre lo que testimonia el inconsciente en estas situaciones. No siempre serán sus formaciones pero sí lo que él nos enseña a cielo abierto, como en la psicosis, o lo que devela en el campo de los dispositivos sociales.

¿Podremos sostener, por ejemplo, “Justicia, no sin el castigo de cada uno”? ¿O incluso “Educación, no sin el fracaso de cada uno”?

De todos modos, asumiremos que, en cada caso –como afirma J.-A. Miller- “no se trata solo de salud, de cura, sino de lo que más allá del síntoma o bajo el síntoma es cuestión de verdad –de una revelación de saber que carga con ella la realización de una satisfacción y, si puedo decir, el desarrollo durable de una satisfacción superior”.

Los siguientes ejes pueden ser delineados a partir de esas y de otras consideraciones del texto en cuestión:

1. Las sorpresas de una palabra : las formaciones del inconsciente y sus efectos relativos a las identificaciones exigidas por el amo contemporáneo

2. La locura que estructura : la función de la paranoia y de la debilidad en la constitución del lazo social, el síntoma como lo singular que hace lazo

3. Artificios de socialización : sublimación, invención y la locura de cada uno

4. Ley y goce : la ilusión del goce del Otro, culpa y responsabilidad

5. Éxitos y fracasos en la educación : o “cuando el resto enseña”

6. La cuantificación de la vida : la mística de la evaluación y la eficacia del psicoanálisis

Por esas vías el V ENAPOL convocará los textos que puedan examinar en las más diversas situaciones e instituciones los efectos del inconsciente de cada uno –habitado por la porción de vida que no cabe en la vida que se lleva, y hecho de sorpresa y de encuentro.

La organización del Encuentro, que está encabezada por Alicia Arenas por la NEL, Marina Recalde por la EOL y por mí mismo por la EBP, ya está trabajando a pleno.

Aguardaremos vuestras contribuciones. Son ellas las que podrán materializar, en la gama impresionante de esta comunidad que constituimos, la marca del psicoanálisis sin la cual estaremos definitivamente entregados a la triste salud de los gestores.

Marcus André Vieira
Director de V ENAPOL



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