26 de fevereiro de 2009

[nel-debates] Lectura Seminario 11‏




¿Por qué el Seminario XI?



Tras haber abordado durante el 2007-2008 el estudio del Seminario X de Lacan, La angustia, retomamos este año el Seminario de Textos de la NEL-Maracay con el libro XI del Seminario de Lacan: Los cuatro conceptos fundamentales de psicoanálisis (1964).


En este Seminario XI asistimos a un momento privilegiado del recorrido de Lacan. Su anterior seminario, La Angustia (1962-1963), lo había llevado a un punto crucial con la construcción paso-a-paso de lo que denominó el objeto a, invención propiamente lacaniana para escribir el agujero en el ser del sujeto. Lacan había previsto dedicar su siguiente seminario a Los Nombres del Padre, punto de inflexión que anunciaba, mediante el desplazamiento del singular ("El Nombre…") al plural ("Los Nombres…"), el paso hacia un más allá del Edipo. Este seminario, del cual dictó sólo una lección, fue abruptamente interrumpido por la "excomunión" de Lacan de la Asociación Internacional de Psicoanálisis.


En este contexto, Lacan asume su exposición del año 1964 -los conceptos fundamentales del psicoanálisis- no tanto como una labor de síntesis teórica, sino como un esclarecimiento de implicaciones éticas: "el deber de esclarecer lo abrupto de lo real que restaurábamos en el campo que Freud dejó a nuestro cuidado". Es decir, aclarar la dimensión de lo real que está en la raíz misma del psicoanálisis y que había sido olvidada por el stablishment psicoanalítico de la época. La crisis institucional y la expulsión (o "excomunión") de la que Lacan fue objeto, obedecen precisamente al rechazo de esa raíz subversiva del psicoanálisis, de "lo abrupto de lo real" que Lacan encarnaba con su enseñanza. Reinicia entonces su seminario en otro contexto con una interrogación radical de los fundamentos mismos de la praxis analítica, y elige para ello "los cuatro conceptos que desempeñan en esa subversión una función originante: el inconsciente, la repetición, la transferencia, la pulsión".


Estamos pues ante un seminario en el que Lacan va a volver a los cimientos mismos del psicoanálisis: ¿Cuáles son los fundamentos del psicoanálisis?, ¿qué estatuto tienen los conceptos que lo fundan en tanto praxis? ¿Es el psicoanálisis una ciencia?, ¿qué sería o qué podría ser una ciencia que incluyera al psicoanálisis? Tales son las preguntas que orientan el Seminario XI. En cierto modo, y guardando las distancias, este seminario representa un momento equiparable a aquel en que Freud, hacia 1915, se detiene a sistematizar los fundamentos teóricos del psicoanálisis produciendo la serie de trabajos sobre metapsicología ("Pulsiones y destinos de pulsión", "La represión", "Lo inconsciente"). A fin de cuentas, se trata en ambos casos de una elaboración que tiene el valor de una "intervención transferencial", es decir, de algo dirigido a incidir sobre los propios psicoanalistas y su relación con el campo mismo del inconsciente. Como afirmará Lacan: "los psicoanalistas forman parte del concepto de inconsciente".


aS.

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